![]() |
Ver la colección |
Miguel Ángel Álvarez (Tolosa, 1927), pintor clásico a la hora de
enfrentarse al lienzo, pero en sus obras, en las que no había nada superfluo,
lograba mostrar la esencia de las cosas. Para él, el hecho artístico de pintar
era un momento lleno de circunstancias y sensaciones que trasladadas a las
obras, las dotaba de una expresividad individual. Tocaba todas las temáticas,
pero siempre han destacado sus desnudos, figuras femeninas en diferentes
posturas, retratadas habitualmente sobre fondos lisos y de un color dominante:
gris, sepia, sienas y ocres fundamentalmente. El resultado son unas mujeres
contenidas y muy elegantes y sensuales. Él afirmaba que «prefiero el desnudo
porque es el paisaje con vida, y sobre todo el femenino. Te estimula las líneas
y el volumen. Una postura no se parece a la otra. Todo cambia con un pequeño
movimiento. Y esto es maravilloso». Intimidad, inquietud, serenidad,
sexualidad, figuración, abstracción... son palabras que definían su obra
Miguel Ángel Álvarez pertenecía a la generación de artistas guipuzcoanos
formados en los años de postguerra que se forjaron a base de participar en
concursos y certámenes de San Sebastián y que viajaron a París para conocer las
vanguardias. Carlos Sanz, Rafael Ruiz Balerdi, Julio García Sanz, José María
Ortiz, Carlos Añíbarro, Amable Arias, José Antonio Sistiaga, José Luis Zumeta o
Eduardo Chillida entre otros fueron en algún momento compañeros de viaje
artístico con los que exponía en el Ateneo Guipuzcoano, donde fue premiado en
la muestra del cincuentenario, o en las galerías de Aranaz Darrás y
Barandiarán. También fue miembro de la Asociación Artística de Gipuzkoa.
El artista comenzó a estudiar dibujo con Guardamino y pintura con Ascensio
Martiarena. Fue primer premio de artistas noveles guipuzcoano y el espaldarazo
le llegó con el cuadro 'Joven cosiendo', que se presentó en la Bienal
Hispanomericana de Arte de 1951 en Madrid.
Una de sus pasiones era viajar a París. Allí, por la mañana pintaba las
calles de la capital francesa y por la tarde acudía a la Academia de La Grande
Chaumière, donde había estudiado de joven, para seguir dibujando a los modelos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario